En un plazo de 10 años, según predicciones de algunos científicos, habrá más ordenadores que personas en los Estados Unidos. Estamos siendo superados en número, ¡incluso estamos rodeados! Las perspectivas son aterradoras. ¿Qué pasará si todos estos ordenadores comienzan a fallar en algo? ¿O si se enfadan? ¿O si piden el derecho al voto?

Los ordenadores no asustarían tanto si, para empezar, uno supiera cómo han llegado aquí. Lo que haría falta es una historia reveladora, breve y comparativamente inexacta de los ordenadores, grandes y pequeños, y de las grandes y pequeñas fortunas conseguidas con ellos. Hum… No es mala idea…

EL PRIMER ORDENADOR

Los científicos, arqueólogos e historiadores discuten sobre como era realmente el primer ordenador. Por otra parte, los científicos arqueólogos e historiadores suelen discutir sobre todo, incluso sobre dónde ir a almorzar. Hay muchas teorías en conflicto a este respecto… ¿Fue la mano humana el primer ordenador? ¿O los dedos de los pies? Cuando los chinos inventaron el primer reloj en el año 3.000 A.C. ¿era eso un ordenador? ¿Y, cómo podían saber si se adelantaba un par de minutos?

Hoy, la opinión compartida de los científicos parece ser que el abaco fue el primer ordenador, en parte porque fue el primer dispositivo verdaderamente aritmético, la primera herramienta de cálculo con partes móviles, y porque la primera vez que alguien dejó caer uno, todas esas pequeñas cuentas probablemente salieron en 20 direcciones distintas y se produjo así el primer fallo catastrófico de un ordenador.

LOS AÑOS 1870

Se suele atribuir a Alexander Graham Bell el mérito de haber inventado el teléfono, pero pocos saben que inventó tanto el ordenador como el teléfono. Resulta trágico que la historia haya reproducido mal el momento más importante de las comunicaciones; lo que Bell realmente dijo fue: “Mr. Watson, venga aquí, le necesito … El sistema ha fallado de nuevo.”

EL COMIENZO DEL SIGLO XX

Estados Unidos estaba creciendo vertiginosamente con el cambio de siglo. Había gente por todas partes apretujados en ciudades, en el campo, viajando hacia el Oeste y seguía siendo imposible encontrar una cuarta persona para jugar al bridge. Mientras tanto, los empleados de la Oficina del Censo lo estaban haciendo todo a mano y se encontraban bastante ocupados, por cierto. Se suponía que debían contar la población cada 10 años, pero para cuando terminaban había que comenzar de nuevo. Me recuerdan a mi hijo cuando ordena su habitación.

Entonces ese inventor llamado Herman Hollerith apareció con una idea bastante buena: construir primero una máquina de tabular, enorme, compleja y automática. Despues alquilarla a la oficina del censo y, finálmente, buscar la manera de sacarla a la calle desde el tercer piso del edificio. La idea funcionó perfectamente. La Oficina del Censo sabía cuanta gente había en Estados Unidos, y Hollerith pudo conseguir el dinero para el primer plazo de un nuevo modelo de coche Ford.

Desafortunadamente, Hollerith no se convirtión en un hombre famoso, probablemente porque la gente estaba demasiado ocupada por los otros grandes inventos del momento.

A MITAD DE LOS AÑOS 40

No hay nada que acelere la evolución de la tecnología como una buena guerra. En los años 40, los ingenieros europeos se apresuraron a crear un ordenador que pudiera decodificar mensajes y descifrar los códigos del enemigo. Pero sólo los alemanes estaban lo suficientemente avanzados para producir listados de ordenador. En 1945, en Berlín, una máquina produjo el primer mensaje impreso procedente de un ordenador : “Sáquenme de aquí; creo que estamos perdiendo.”

LOS AÑOS 50

Los ordenadores se fueron haciendo más inteligentes. Por fin, un ordenador pudo derrotar a un humano al ajedrez. Pero, 10 minutos más tarde, el ordenador no fue enemigo para ese mismo ser humano armado de un mazo de hierro.

LOS AÑOS 60

Los ordenadores se hicieron algo más pequeños, pero el número de compradores se hizo mucho mayor. Las empresas se esforzaron por obtener ventajas instalando ordenadores antes que sus competidores. Para 1964, había más de 500 ordenadores en el estado de California.

El problema fue que los únicos programadores disponibles eran 3 chicos de un instituto en Sacramento, que prácticamente controlaron a su antojo el sector de alta tecnología del estado mientras gastaban en cerveza barata el dinero obtenido.

COMIENZOS DE LOS 70

Se inventó la primera calculadora de bolsillo, pero el aparato tardó algo en obtener popularidad, porque todo el mundo lo perdía o lo destrozaba sin darse cuenta.

Por otra parte, pocos saben que en 1973 un estudiante de segundo año de carrera de la universidad de Iowa inventó el primer PC comercialmente viable en la mesa de su cocina, años antes que nadie. Sin embargo, una desgraciada noche de viernes, algunos de sus compañeros de póker confundieron la máquina con un horno microondas y arruinaron así el futuro tanto de ésta como del estudiante.

LOS AÑOS 80

La década comenzó con el sector informático a pleno ritmo; había PCs por todas partes. Los vendedores de alta tecnología obtenían mucho dinero, y los programadores ganaban más incluso que los abogados. Los vendedores de terrenos de Silicon Valley iban de un lado para otro en lujosos coches alemanes. Los ordenadores se convirtieron en cosa corriente. Había cajeros automáticos en los bancos y escáneres en los supermercados. Los ordenadores respondían al teléfono y los chicos preferían el Nintendo que jugar al fútbol. Sin embargo, a finales de los 80, las compañías informáticas comenzaron a tener problemas. Es posible que la economía anduviera mal, o que la competencia hiciera descender los beneficios. Cualquier cosa que fuera, la alta tecnología comenzó a descender en picado.

Comenzó el “downsizing” en las empresas, de los mainframes a los PCs. Por su parte, los programadores hicieron el downsizing a coches pequeños más baratos.

Es cierto que la gente aún seguía interesada en los ordenadores, pero éstos sencillamente no podían competir con pasatiempos intelectuales más modernos, como la lucha libre o saltar atados desde los puentes.

EL PRESENTE

Hoy, el sector informático es demasiado pequeño y el número de compañías que siguen en activo es tambien demasiado pequeño. Y por otra parte, los aumentos de sueldo que consiguen los programadores de tipo medio es igualmente demasiado pequeño. Y lo peor de todo, ¡los ordenadores son demasiado pequeños! Lo que antes cabía sobre el escritorio, ahora puede uno llevarlo encima, en la palma de la mano o en el bolsillo. Algunos de estos ordenadores ni siquiera necesitan teclado, y se supone que interpretan la escritura humana. Esto en un gran logro, porque la mayor parte de las veces yo no puedo reconocer ni mi propia escritura.

Sencillamente, los ordenadores actuales son demasiado diminutos, como las pequeñas e incómodas calculadoras. Mi opinión es que comenzaremos a perderlos de nuevo o a confundirlos con el mando a distancia del video, lo que significa que algún dia uno podrá perder miles de dólares en equipo informático entre los objetos de la sala de estar.

Extraído de Computer World nº 600 y de un libro de Michael Cohn.