1. La última reunión de tu comunidad de vecinos te inspira una entrada en tu blog. Piensas en títulos de artículos mientras tu dentista te taladra maliciosamente una muela.
  2. Lo primero que haces al llegar al trabajo es conectarte a tu blog y ver si hay comentarios.
  3. Casi te tomas más en serio tu blog que tu trabajo, en comparación, tu trabajo parece “ocio remunerado”.
  4. Menéame” no tiene ninguna connotación sexual para ti.
  5. Lees otros blogs y, a diferencia del resto de seres que habitan la internet, eres muy educado cuando escribes comentarios en ellos.
  6. Sabes que un permalink no es un robot de cocina y que link-bai-ting no es un atleta chino.
  7. Tu familia se comunica contigo a través de comentarios en tu blog.
  8. Grabarte a ti mismo haciendo una tortilla de patatas te parece un comportamiento totalmente normal.
  9. Un mal artículo te parece más bello que el silencio.
  10. Lees cosas como este artículo.

(Visto en Diarios de Tetuán)