(por LinuxMan)

Compartiendo una charla de sobremesa en un pequeño café de París, estaban Windows acompañado de un amigo cercano el conocido Sigmund Freud.

Resulta que con los años la relación entre Windows y su usuario ya no era como al principio, poco a poco le fue exponiendo sus “quejas” al reconocido siquiatra que disimuladamente saco una pequeña libreta de su saco, se puso los anteojos y en un gesto de paciencia coloco su dedo indice en la sien con el brazo recargado sobre la mesa.

Verás - dijo Windows - las cosas con mi usuario ya no son como al principio, en un comienzo todo era felicidad, mi usuario estaba contento conmigo, cosa que me pedía cosa que le entregaba en tiempo récord. Me cuidaba y me consentía, me hacía respaldos frecuentes y hasta me instaló un antivirus, un firewall y muchas cosas más. Es más en nuestro aniversario hasta desfragmentó mi disco duro. Eramos felices.

- ¿Y qué pasó después? - dijo Freud - ¿que fue lo que cambio?-

Fue después de mi primera conexión a Internet. ¡Ohhh Dios fue horrible!, empecé a sentirme lenta, cada vez ejecutaba más y más procesos, algunos ni siquiera sabía de donde habían salido, de repente me encontraba saturando a mi usuario con pantallazos sin razón aparente.

Me volví quejumbroso, ahora le recitaba a mi usuario constantemente leyendas como:

  • Me siento inseguro por favor actualiza el antivirus.
  • Me siento mal por favor verifica el status del firewall.
  • Tengo otra actualización, lo siento tengo que reiniciar, si … otra vez …

Y cosas por el estilo, poco a poco le fui haciendo la vida miserable a mi usuario.

El colmo fue cuando quise hacerme un cambio de look para tratar de seguir manteniendo su atención, en lugar de comportarme como un adulto ahora le mostraba clips, perritos, gatos y cuanta cosa se me ocurriera con tal de que me siguiera utilizando. Incluso llegué a cambiar mis botones, no había necesidad de hacerlo, seguían siendo simples botones y funcionaban para lo mismo pero tenía la idea de que distrayéndolo con eso lo tendría a mi lado, gran error.

Ahora por mis amigos me he enterado que esta viendo otras opciones, creo que ha empezado a utilizar Linux y Mac, y temo que comparando salga perjudicado. ¿Qué hago Freud? ¿Qué me aconsejas?

- Ehhhhh, perdón - respondió Freud - Lo siento, me quedé dormido y es que esta historia le he escuchado tantas veces… lo siento amigo, creo que ha llegado el momento de aceptar el cambio, se que ahorita estas en la fase de negación, pero dentro de poco te darás cuenta de que ya no eres el único. El mundo esta lleno de opciones y tu eres solamente una más. El que te usa es porque así lo desea o porque no conoce a las demás. Mientras no hagas cambios fundamentales en tu vida estarás condenado a repetir la misma historia.

Aunque veo que en lo más profundo de tu hardware existe el deseo inconsciente de mejorar, de ofrecerle mejores cosas a tu usuario.

Mi consejo es que aceptes el cambio, vivelo, pruebalo y después decide el rumbo de tus particiones.

- Gracias Freud, me has ayudado mucho el día de hoy -

Estrecharon las manos y se despidieron, claro que Freud tuvo que obligar a Windows a pagar la cuenta, después de todo él cobra licencias y se supone que tiene dinero. Jamás volvieron a verse.